Juan Rulfo, Escritor hispanoamericano único, con cigarrillo en la mano, de labios secos, en conversación nocturna en la España del viejo mundo
Tenemos que hablar del Rulfo mexicano, aquel fiel defensor de una clase oprimida hispanoamericana. Un tal Juan que a través de sus obras literarias ha captivado el corazón y la conciencia de sus lectores. En sus obras rufianas, expone un humor negro (Anacleto Morones), al igual que un humor parecido al que expone la también mexicana Elena Poniatowska en Las Lavandera. De igual forma, Rulfo escribe con un sentimiento pesimista, de venganza, deprimente y de desesperanza. Al mismo tiempo, este comparte con el lector un sufrir de muerte, distintas imágenes, y similitudes que ayudan al desenvolvimiento de la trama. Juan Rulfo-hispanoamericano que con un cigarrillo en la mano, unos labios secos, y una conversación de noche en la España del viejo mundo, se convirtió en un escritor único en su estilo. Estilo literario que proyecta la protesta de las injusticias sociales de un grupo, que nos introduce a la violencia de manera particular, al mundo real del siglo veinte-un mundo muy lejano del de Blanca Nieves-un estilo que le permite al lector simplemente formar parte importante del cuento.
A través de las letras, Juan Rulfo se ha caracterizado por defender a los pueblos que forman parte del instinto nacional, y que siempre han vivido en la pobreza, en la ignorancia y bajo dictaduras militares. A diferencia de Guillén en la Cuba de José Martí, Rulfo mas que defender a un grupo social, simplemente presenta una realidad cultural. Sus obras que son un realismo mágico, le enseñan al lector la vida de las personas pobres mexicanas a mediados del siglo veinte. Este es el caso de Nos han dado la tierra, cuento que presenta a un grupo de campesinos oprimidos por el gobierno. En Es que somos muy pobres, Rulfo presenta un cuento desde un ángulo oprimido económicamente. Una crisis económica que afecta al pobre principalmente. El resto de sus cuentos son igualmente caracterizados por la presencia de personajes pobres en contraste con una elite social hispanoamericana. Rulfo no lucha directamente por los pobres, Éste sólo presenta su realidad, permitiéndole al lector a formar conclusiones por sí mismo.
Aunque Rulfo es un escritor muy pesimista, y al mismo tiempo deprimente, este encuentra algunos espacios en sus cuentos para levantar una sonrisa al lector. Así se puede notar en el cuento Anacleto Morones. Este cuento relata la ficción irónica de un hombre que de carácter es un diablo, mas las mujeres de un pueblo lo quieren hacer santo. Las frases usadas por Rulfo en este cuento, al igual que las circunstancias en las cuales posiciona a los personajes crean un humor de alta inteligencia. Este humor es muy parecido al utilizado en años recientes por Elena Poniatowska, escritora mexicana que también relata los diálogos de mexicanos marginados. El humor que comparten Rulfo y Poniatowska es simplemente aquel que nace naturalmente. Y es que los diálogos y las acciones de las personas pobres, crean una especie de reacción humorística. Esto es dado a que estos personajes son muchas veces ignorantes y actúan sin importar ningún código de etiqueta y protocolo, o simplemente utilizan frases y vocabularios desconocidos para los más altos integrantes de la Real Lengua Española.
Juan Rulfo nació en la época próxima a la revolución mexicana. Estos eran tiempos muy violentos, de mucha desesperanza para una nación, y matanzas diarias. Rulfo quedo huérfano muy joven, criándose en un orfanatorio descrito por él mismo como “una casa de corrupción, en donde reinaba la soledad.” Las obras rulfianas pueden ser catalogadas como reflexiones directas de la experiencia juvenil del autor. Temas como el pesimismo, la desesperanza, el sufrir de muerte, la violencia, y la depresión reinan en las páginas de las obras de Rulfo.
El pesimismo se puede ver en el cuento Diles que no me maten, en donde un campesino que está a punto de ser asesinado le pide a su hijo que abogue por su libertad ante el acusador. Más sin embargo, el hijo rehúsa a salvar la vida de su padre y se empecina en decir que no hay manera de detener su muerte. El pesimismo también se puede notar en No oyes ladrar los perros, en donde tres personajes van en búsqueda de un pueblo. Uno de los personajes-el compadre-va caminando con la vista en dirección hacia donde se cree que está el pueblo. Dado a que es de noche no se puede ver mucho, el compadre no ve ninguna luz, ni oye a los perros-señal de que una comunidad está cerca. Este simplemente se niega a creer que el destino existe, y quiere devolverse.
Rulfo también presenta a sus lectores con tramas muy tristes, y por ende deprimentes. En No oyes ladrar los perros, se cuenta la historia del odio de un papá hacia su hijo que ya casi muere. En este relato Rulfo presenta un sufrir de muerte intenso, en donde un papá siente asco por el comportamiento inmoral de su hijo que al final del cuento muere. Lo mismo se puede notar en Diles que no me maten, cuento que presenta a un hombre que es asesinado y luego recogido por su hijo.
Los lectores de las obras rulfianas tienen la oportunidad de envolverse en los cuentos de una manera especial. Juan Rulfo tiene una técnica literaria detallista, llena de similitudes, metáforas, diálogos, y estrategias que permiten que el lector pueda crear imágenes de la trama presentada. En Nos han dado la tierra, el lector puede sentirse parte de la caminata de los personajes que se dirigen a las tierras que les han dado el gobierno. El grupo de campesinos caminan sobre un desierto caluroso, agrietado, lleno de polvo. Los detalles del ambiente permiten que el lector pueda sufrir imaginariamente la crujía de los campesinos.
Juan Rulfo es un escritor único por su habilidad para crear conexiones. En las obras rulfianas se pueden notar temas similares a los mencionados anteriormente, los cuales se conectan a los personajes de manera especial. Los cuentos de Rulfo no tienen un comienzo de un “hace una vez,” ni finales de “vivieron felices para siempre.” Rulfo empieza los cuentos con diálogos, y a veces lleva al lector del presente al pasado, al futuro y de regreso al presente. Pero siempre construyendo las conexiones que permiten que el lector nunca se pierda en la trama. Rulfo es igualmente un escritor especial por su manera de integrar al lector a los cuentos. Los cuentos rulfistas, que comienzan con diálogos entre personajes desconocidos para el lector, crean confusión en un principio, más inspiran a la intriga literaria del lector. El Rulfo mexicano permite que los personajes actúen por sí mismos, y no interviene ni para pedir crédito como escritor. Y es que así es él, un tal Juan, un personaje en sí mismo. Sus obras reflejan su pasado, su lucha por su presente, y su humildad-la cual disfruta con un cigarrillo en la mano, unos labios secos y conversación nocturna en la España del viejo mundo.