Bill Dolan
En la clase de la historia de Centro América y los Estados Unidos tuvimos una oradora invitada. Era la hermana Peggy, una monja, que vive en El Salvador. Fue una experiencia conmovedora, entretenida, e inolvidable. Esa mujer me enseñó mucho en muy poco tiempo.
La Hermana Peggy es de Nueve Jersey pero se mudó a El Salvador en 1986, durante la guerra civil. Tiene un doctorado de la Universidad de Nueva York. Nos contó historias sobre sus experiencias en El Salvador y de la vida en general. Describió a El Salvador como un caso pequeño de herpes. “Cuando está adentro de ti, no se puede sacarla.”. No estoy acostumbrado de oír a una monja hablar así. Al escuchar ese comentario, hizo reír a toda la clase. A partir de ese momento, recibió toda la atención nuestra.
La guerra es horrible. Los militares mataron a mucha gente durante el conflicto en El Salvador. La gente confiaba en los miembros de la iglesia y ella tenía un pasaporte norteamérico. Los militares sabían que por eso no le podían causar daño. Por esas razones podía ayudar en muchas cosas. Ella pensaba que era un honor hacer las cosas que hizo. Un día, una mujer le preguntó si ella podía acompañarla a una sepultura grande. La mujer pensaba que su hijo estaba enterrado allí. El camino pasó por una instalación militar, y aunque una persona no podía pasar, una monja podía. Nos dijo que vio a esa mujer, una madre, besar la cara de su hijo muerto. Sólo la cara porque no encontraron a su cadáver completo. Una historia fuerte. Nos contó otra historia semejante sobre una cabeza en un palo. Sólo ella, porque es monja, podía recuperar la cabeza porque el ejército mataría a cualquiera que sospecharan simpatizar con los guerillas.
Sus experiencias negativas y positivas la obligaron a quedar en El Salvador. Fundó Centro Arte para la Paz, un lugar para los jóvenes de su pueblo. Pueden jugar deportes o aprender nuevas cosas para mejorar su vida. La hermana Peggy es una mujer que hizo una diferencia en las vidas de personas con pocas oportunidades. Nos dijo una historia de la Biblia. Cuando una persona muere, hay un ángel que va para limpiar las lágrimas de la cara. ¡Qué pena!, si no tiene lágrimas para limpiar. Si no tiene lágrimas esto significa que no ha vivido una vida completa. En la vida tenemos que luchar por algo, hacer una diferencia. Si uno no tiene lágrimas, no ha luchado y no ha vivido. Eso es lo que aprendí en mi clase ayer.